Rosa Blanca, organización de víctimas de reclutamiento de las Farc, consideró “indig-nante y revictimizante” la respuesta remitida por el último secretariado a la JEP, como reconocimiento a la imputación del macrocaso 07. No consideró satisfechos los requerimientos de verdad y reparación que exige la justicia transicional para conmutar las penas ordinarias por estos graves crímenes por sanciones que no contemplan cárcel y aseguró que objetará el documento durante la etapa procesal.Entre otras justificaciones, las Farc desacreditaron la muestra de víctimas que contempló la JEP para imputarlos como coautores de graves crímenes, entre ellos reclutamiento forzado, malos tratos, violencia sexual, violencia reproductiva y violencia por prejuicio.En varios de estos casos —la gran mayoría cometidos contra niños y niñas—, pidieron revisar el contexto. Aseguraron, por ejemplo, que “las violaciones sexuales no pueden configurarse per se solo porque la víctima sea menor de edad”. También hablaron de consentimiento en el capítulo sobre planificaciones y abortos forzados, y de “dignidad” en los partos ocurridos en la selva, gracias —según dijeron— a un equipo médico que atendía en un hospital clandestino.Las mujeres desmovilizadas han denunciado cómo fueron obligadas a abortar, incluso después de varios meses de maternidad oculta. Sus antiguos comandantes sostienen que esos abortos forzados se justificaban para “evitar que un niño o niña se criara en medio de la guerra, tanto por las implicaciones en el desarrollo infantil como por la incompatibilidad entre las dinámicas de una guerra de guerrillas —fundamentada en la movilidad— y las exigencias propias de la crianza, como el tipo y horario de alimentación o la rutina de sueño”.También argumentaron las “condiciones climáticas extremas, la presencia de animales salvajes y enfermedades endémicas, que dificultaban la maternidad o paternidad en las filas de la organización”; el objetivo de “evitar exponer a la madre gestante a mayores riesgos y situaciones de estrés, que pudieran afectar el desarrollo del feto, aumentar el riesgo de nacimientos prematuros o de bajo peso, así como generar problemas de conducta en los hijos e hijas”; y la necesidad de “preservar la seguridad individual y colectiva”, ya que, cuando las mujeres salían a las cabeceras municipales o ciudades para dar a luz, eran capturadas, amenazadas, perseguidas e incluso torturadas por miembros de la Fuerza Pública o grupos paramilitares, en busca de información sobre la ubicación de comandantes o campamentos.¿Considera reparador el reconocimiento del exsecretariado de las Farc al auto de imputación y a la violencia sexual intrafilas?De ninguna manera. Las consideraciones que hizo el exsecretariado tienen una respuesta ambigua, revictimizante, que deja más dudas que claridades. Tergiversan todo el trabajo que realizó la magistrada. Tergiversan la misma narrativa que las víctimas han formulado en sus denuncias y no hacen un reconocimiento escueto de las causas, las motivaciones, de qué sucedía con las víctimas, niños y niñas reclutadas que fueron asesinadas. Hay muchos niños desaparecidos y no hay un aporte de verdad. Se quedaron muy cortos, y en la oportunidad procesal vamos a presentar nuestras objeciones a cada una de las formulaciones que hicieron.El secretariado aseguró que algunos de los casos de violencia sexual, planificación y abortos forzados eran consensuados. Como representante de víctimas, ¿qué visión tiene de este planteamiento?Eso es falso. Yo fui el abogado que presentó denuncia contra Timochenko, representando a una menor de 14 años. Frente a este caso no hay ningún pronunciamiento. Y así hay cientos de casos de niñas campesinas e indígenas abusadas por los comandantes de las Farc. Aducir un consentimiento es revictimizante y abusivo para ellas.¿Fue sistemática la violencia sexual intrafilas?Claro que lo fue. Prácticamente, las niñas que he entrevistado eran abusadas casi que al tercer día de entrar al campamento, cuando no en el camino de su casa a las filas. Fue una práctica completamente generalizada, en la que todos los mandos incurrían. ¿Cómo es posible que no sea ese un proceder sistemático, cuando el mismo patrón se repite una y otra vez? Ahora, ellos atacan a la magistrada Lily Rueda, diciéndole que ella expresa una opinión y una apreciación, pero lo importante es lo que han dicho las víctimas. Y desvirtúan la muestra, lo cual es completamente indignante.Sara Valentina Quevedo DelgadoRedacción Justicia

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