Por más de dos décadas, Hermencia Vega García esperó que su hijo Diuviseldo Torres Vega toque la misma puerta por la que fue sacado por un grupo de paramilitares disfrazados con vestimenta del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS).“Pensaba: ‘En cualquier momento llega’”, dice Hermencia Vega García, en entrevista con EL TIEMPO.Han pasado 23 años desde que paramilitares disfrazados de agentes del DAS se lo llevaron de su casa, en la vereda Piamonte, ubicada a 10 minutos de Fusagasugá. Desde entonces, no hay rastro de él.El pasado 7 de abril, el Juzgado Cuarto Penal de Fusagasugá confirmó que fue desaparecido forzosamente por un grupo armado ilegal.Según el testimonio del exparamilitar, Luis Fernando Gómez Flórez, alias Ferney, Lucho Herrera habría pagado por la desaparición de Diuviseldo, los hermanos Víctor y José del Camen Rodríguez Martínez y Gonzalo Guerrero Jiménez, que, al parecer, se negaron a vender sus tierras.El exparamilitar, en su versión rendida el 30 de mayo de 2013, aseguró que recibió fotos de las víctimas, $40 millones en efectivo y la orden de “recogerlos” por supuestamente ser milicianos.La casa de la familia Torres Vega está ubicada al lado de la finca donde se creció el ciclista Herrera.Hermencia Vega García, madre de Diuviseldo Torres. Foto:Archivo Particular”Aquí fuimos vecinos de Lucho Herrera. Éramos todos conocidos y cuando bajaba él decíamos: ¡uy, ahí viene el mejor jardinero de ‘Fusa’!. Contentos vivíamos al pie de su casa”.En esta línea, Hermencia niega esa versión entregada por el ‘expara’: “Nunca Lucho Herrera nos ofreció comprarnos la finca. Jamás. Nosotros vivíamos tranquilos, éramos vecinos, nos distinguíamos”.Asimismo, Andrés Fabián Rodríguez, sobrino de Diuviseldo Torres Vega, dice que es sorprendente conocer 23 años después que su tío fue desaparecido por paramilitares.”Esperamos que Lucho Herrera no esté involucrado. Está nombrado en el momento, pero pedimos que la justicia haga su papel y que dé con el paradero de mi tío. Y si fue Lucho Herrera, entonces que pague”, dijo Andrés, quien tenía 13 años cuando se llevaron a su tío. Finca donde creció Lucho Herrera. Foto:Daniel López/EL TIEMPO.Diuviseldo tenía 28 años, una hija pequeña y trabajaba como jornalero. Recogía frutas, partía piedra si era necesario, vestía pantalón de lino cuando bajaba al pueblo. La última vez que lo vieron fue cuando lo subieron, a la fuerza, a una camioneta Hilux. Su sobrino, entonces un niño, lo vio gritar “mamá, me van a llevar”, antes de que el vehículo desapareciera por la carretera destapada.Otros exintegrantes del grupo armado han confirmado la existencia de un operativo ordenado por ‘Cascarón’, supuesto financiador de la estructura, con vínculos —según ellos— con el ciclista.Herrera, por su parte, ha negado los hechos y asegura que también ha sido víctima de amenazas y extorsión. Dice que ya se puso a disposición de la Fiscalía para esclarecer lo ocurrido.La Fiscalía aún busca los restos de los desaparecidos en una finca cercana, donde los testimonios dicen que fueron enterrados.Juan Diego [email protected]ás noticias:

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