La saga de American Pie fue uno de los mayores éxitos de taquilla en la década de los 2000, convirtiendo a sus actores en estrellas de la comedia del momento. La primera de las películas, centrada en un grupo de amigos que querían perder la virginidad antes del fin del verano y del inicio de la universidad, les valió para seguir estirando el chicle y continuar produciendo otras ocho entregas con unos intérpretes que iban y venían. Jason Biggs (Pompton Plains, Nueva Jersey, 47 años) se convirtió en una de las caras más reconocibles gracias a su papel como Jim, y 25 años después es uno de los actores de aquel reparto que todavía sigue en activo. En 2024, por ejemplo, presentó un programa de cocina en Netflix, Blue Ribbon Baking Championship, donde no faltó un guiño a la famosísima escena en la que se masturba con una tarta de manzana. Un éxito profesional que tuvo sus consecuencias personales, como ahora ha revelado. Biggs ha sido el último invitado en el podcast Well with Arielle Lorre, emitido esta misma semana. Este tipo de formatos se han convertido en los últimos años en un espacio seguro para los famosos, donde no tienen problema en tratar asuntos personales y hasta entonces desconocidos o poco tratados. El intérprete ha hablado abiertamente sobre su batalla contra las drogas y el alcohol. Una etapa que ahora quiere compartir con sus seguidores para concienciar sobre las adicciones. “Sabía cuándo debía llamar al traficante de cocaína porque iba a beber demasiado. Y cuánto zolpidem o benzodiacepinas tomar según la cantidad de cocaína que había consumido para bajar, pero con suerte no morir”, relata en el programa. Más informaciónBiggs admite que se desmayaba tanto durante las borracheras provocadas por el consumo de cocaína y alcohol que olvidaba lo que había hecho la noche anterior: “Fue increíble, pero también era consciente de lo loco que era”. El hecho de saltar a la fama con apenas 19 años y convertirse rápidamente en una estrella de la industria no fue una gran ayuda: “Tenía dinero en el banco, cocaína en el bolsillo y nadie que me dijera que no”. Una situación que llegó incluso a ocultar a su mujer, Jenny Mollen, con quien se casó en 2008. “Estaba bebiendo mucho y consumiendo mucho solo, sin decírselo a mi esposa. Me aproveché de ella. Sentí que podía superar las cosas”, recuerda, antes de admitir que cuando ella se iba a dormir aprovechaba para quedarse despierto hasta altas horas de la madrugada bebiendo y consumiendo cocaína. Jason Biggs en un ‘American Pie’, en 1999. Donaldson Collection (Getty Images)El actor también ha querido relatar cuál fue el capítulo que marcó un antes y un después en su vida: cuando empezó a consumir drogas sacadas de un cubo de basura. Tal y como él mismo explica, estaba consumiendo cocaína de madrugada y decidió tirar la bolsa para parar, pese a que esta todavía contenía un poco de droga en su interior. Pero a los 15 minutos regresó a la basura, recuperó la bolsa y volvió a consumir. En un segundo intento, tiró la bolsa a los contenedores de la calle, lejos de su casa. Pero tampoco sirvió: “Salí, me metí en el contenedor, saqué la bolsa de cocaína, subí las escaleras y me fumé otra raya”. Fue entonces cuando, harto de la situación, cogió el coche y condujo hasta otro barrio, abrió un contenedor e introdujo lo que quedaba de droga. Y acabó regresando igualmente. “Podría haber abierto la bolsa y tirarla al inodoro, pero no lo hice. Sabía que me la iba a acabar, pero seguí dándole vueltas a la situación”, recuerda. No es la primera vez que Biggs habla públicamente de sus adicciones, pero sí la primera en la que ha relatado con todo tipo de detalles lo que le sucedía y cómo se comportaba. Una de las últimas veces en las que habló de ese pasado fue, precisamente, en el podcast de su mujer, en marzo de 2024: “Sabía cómo emborracharme lo suficiente como para desconectarme de la ecuación de la vida, desconectarme del presente, sin tener que conectar de una forma que me hiciera sentir cosas. Lo tenía todo resuelto, pero no emborracharme tanto como para no poder conversar contigo. Remplazaba todo el tiempo las botellas del bar”. Fue en 2017 cuando comenzó su proceso de desintoxicación, y celebró su primer año de sobriedad con una conmovedora publicación en 2018: “Intenté deshabituarme por primera vez hace más de cinco años, cuando el peso de mi obsesión con el alcohol y las drogas se volvió demasiado para mí y no lo podía soportar. Esto es duro. Después de algunos altibajos, he conseguido mantenerme sobrio. Estoy tan orgulloso de ello como de cualquier otra cosa en mi vida. Si estás pasando por momentos difíciles, ten en cuenta que hay ayuda. No te avergüences”, escribió en la publicación en Instagram, donde actualmente acumula 674.000 seguidores.

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